Sin reclamo posible

Un hombre refugiado, enorme y vulnerable, extranjero en su propia piel, que despliega en escena sus memorias, sus fantasmas y sus sueños. Entre la risa y el llanto, entre la bestia y el niño, recorre la herida del exilio y la imposibilidad de escapar de su propio cuerpo. En un espacio desnudo, lo cotidiano se vuelve alucinación, y su propia existencia se convierte en el único territorio de representación.